lunes, 11 de junio de 2012

Esto no ha hecho más que empezar. Barcelona 29-M del 2012

“Mira tu Rolex: la hora de la revuelta ha sonado.”

No podemos hacer otra cosa. No queremos hacer otra cosa. Afirmamos todo lo ocurrido en Barcelona durante la jornada del 29 M. Hemos hecho huelga de normalidad, huelga de obediencia, huelga de impotencia. Nuestra violencia no ha sido ciega, ha sido táctica -containers- y enfocada: bloqueo de la circulación, destrucción de bancos y sedes de multinacionales y grandes empresas, ataques a la policía que nos ataca...

Barcelona empezó a arder de nuevo en éste día. O, mejor dicho, ese día volvió a emerger una fuerza que lleva unos años cogiendo densidad. Los comités y grupos barriales hemos demostrado una capacidad de respuesta, una rapidez y una coordinación que no teníamos años atrás. Constelaciones de confianza, nubes de grupos, somos anclajes de una fuerza de gravedad que hizo bascular Barcelona del lado del fuego.

Hemos plantado batalla durante todo un día, de forma descentralizada y también de forma concentrada. 

Ahora tenemos heridos y tenemos presos y encausados. Son nuestros, son nuestras. Defender a los nuestros significa defender las formas de vida que estamos elaborando desde la base, con las prácticas que reinventamos a partir hemos heredado, arrancando del olvido lo mejor de una historia de luchas: redes de apoyo mutuo, cooperativas, ocupaciones, asambleas locales, casas de barrio, talleres comunitarios...

“Uno reprocha a la huelga el ser simplemente negativa --- el no proponer nada en lugar de lo que hay. Sin embargo, podría bien ser que la incapacidad en la cual ella se encuentra, en el momento en que comienza, de decir lo que quiere, no sea una tara de la huelga --- que esta incapacidad le sea esencial; que le sea incluso esencial defenderla. A toda huelga en efecto se le hará inevitablemente esta pregunta: “¿Pero qué es lo que vosotros proponéis?”; o esta otra, que es la misma: “¿Cuál es vuestro plan?”. Ahora bien esta cuestión, para toda acción política que comienza, es la trampa más grande.

Hace falta que la huelga tenga el coraje, aprenda el coraje, de responder: “Nada”. Hace falta que ella esté a la altura de poder decir: “Nosotros no proponemos de entrada nada. Nosotros no tenemos ningún plan. Nosotros no propondremos sino haciendo.” Hace falta que la huelga tenga la audacia, la arrogancia de decir: “Nada.”; “Nosotros no proponemos nada.”; “Esperad a ver. Nosotros vamos a hacer. Vosotros veréis mejor. Váis a ver.”

        Institut de démobilisation, Tésis sobre el concepto de huelga.

Toda buena lucha es de largo aliento. El fuego y las armas ofensivas son fundamentales, tan fundamentales como el saber cuándo no hay que usarlas. Tan fundamentales como una fuerza material común, unos medios y unos saberes compartidos. Medios materiales con los que poder sostener la lucha y nuestras vidas. Porque nuestras vidas son ternura y combate; indisolublemente. Todo lo bajo y material es inseparable de lo elevado y espiritual: la audacia, la amistad, el humor, la templanza, el compartir, se dan o no se dan según cómo hacemos lo que hacemos. Gestos, afectos, palabras, conforman las formas de vida sensibles que habitamos.

No nos fascinamos con el fuego. El fuego lo usamos en el momento decisivo.

No nos fascinamos con los medios (dinero, espacios, máquinas, saberes) que conseguimos. Los medios los usamos, compartiéndolos. Reaprendiendo a compartirlos y a defenderlos.

No nos fascinamos con la teoría, la teoría es infinita, como se ha dicho, y como demuestra el muerto viviente de la Academia. No nos fascinamos con los relatos; puestos entre paréntesis nos estamos encontrando en la acción, y en el territorio. Sin embargo, como dijo uno de los que mejor ha pensado la guerra-política, la primera fuerza en cualquier estrategia es la fuerza espiritual. No hay peor enemigo de un camino estratégico que la confusión y la duda. Hemos pasado del dicho al hecho y los hechos hay que sostenerlos. El 29 M eramos muchos y muchas pasando a la ofensiva. Esto no ha hecho más que empezar.

Nuestra lucha va mucho más allá del fuego, pero contiene el fuego. La hora de la verdad está sonando.

“Sólo la acción es irreversible, por eso el poder la teme tanto.”
         Bernard Aspe

¿De qué medios nos estamos dotando? Necesitamos máquinas, espacios, saber curarnos y alimentarnos de otro modo, necesitamos también dinero para acabar con el Capitalismo. Necesitamos hacernos fuertes en cada lugar.

¿Con los habitantes de nuestro territorio más próximo, qué estamos compartiendo y cómo? Necesitamos explicitar y compartir las mejores formas prácticas de la solidaridad local.

¿Estamos pensando en celebrar en el barrio el éxito de la naciente huelga metropolitana? Necesitamos nuestras fiestas y banquetes para afirmar la ética-política de la potencia común. Porque luchamos contra la separación impuesta entre las vidas, y dentro de cada vida, en infinitas facetas gobernadas por la mercancía, el dinero, y toda la panoplia de dispositivos, o aparatos de gobierno, dispersos en el territorio, y a lo largo de nuestras vidas. Este orden de sometimiento y explotación ha pasado a la ofensiva con la llamada Crisis y nos está arruinando la existencia.

“Cuando toda la ciudad está en llamas no es hora de intentar recuperar los trastos viejos, es hora de inventar formas nuevas.”
E. Jünger, Sobre el dolor.

La Metrópolis es vulnerable, en su propia complejidad y automatismo. Está sembrada de enclaves indefensos, precisamente esos aparatos de gobierno, públicos y privados, que nos están haciendo la vida imposible. Las insurrecciones árabes lo supieron ver durante la última primavera.
El territorio metropolitano, tramado a partir de la circulación infinita de seres, objetos, energía, información, está, sin embargo, lleno de cuellos de botella fácilmente bloqueables. El sabotage es un arte que nos pertenece.
El bloqueo de la metrópolis, el bloqueo de la economía, sólo puede ser de momento temporal, puesto que esta misma complejidad y circulación infinita es la que sostiene nuestras vidas. Comprender eso es comprender el desafío al que se enfrenta una insurrección a la altura de la época.
El 29 M la metrópolis se ha demostrado como un espacio ingobernable frente a una buena táctica. Estamos aprendiendo.

“(…) lo sorprendente no es que la gente robe, o que otros hagan huelga, sino más bien que los hambrientos no roben siempre y que los explotados no estén siempre en huelga.”
Guattari/Deleuze, Mil mesetas.


# Nosotros.
# Barcelona 3 de Abril de 2012

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